Llegaron puntuales, limpios y hasta fragantes. Ellos con camisetas blancas y ellas, con negras. Faltaban pocos minutos para las 08:30 y en sus rostros se notaba ansiedad. El sábado 25 de enero, la Academia de Bomberos de Guayaquil ‘Crnl. Gabriel Gómez Sánchez’ se copaba de decenas de jóvenes atraídos por la mística de servicio que significa integrar las filas del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, a través del curso de aspirantes.
A las 08:30 en punto una voz fuerte llamaba a formar. Era el Capitán Geovanny Guerra, quien les dio la bienvenida a los 81 jóvenes que integran la promoción de aspirantes a bomberos voluntarios ‘Jefe Vergara’ No. 27. “Todo lo que hacemos tiene un propósito”, exclamó Guerra a los cursantes y tras pocos segundos ordenó al numeroso grupo a correr unos 50 metros y regresar, pero con las camisetas por dentro. La buena presentación de los aspirantes debía primar desde el inicio. Y así fue.
Eduardo Capa, Capitán del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil y coordinador del curso, señaló que la instrucción arranca con las evaluaciones físicas. “El curso dura tres semanas, no salen directamente a ser bomberos sino que van a un proceso de capacitación en los cuarteles donde decidan ir”, indica Capa, quien considera de gran importancia el estado físico de los bomberos, pues es la base para un buen trabajo en cualquier emergencia.
Los aspirantes aprenderán la historia, estructura y el rol del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil dentro de la sociedad. También nociones sobre el fuego, sus componentes, fases, transmisión, entre otros tópicos. Las clases teóricas se imparten de lunes a viernes desde las 19:00 hasta las 22:00 en las instalaciones de la Academia y los sábados se realizan actividades prácticas de 08:30 a 15:00, detalla Capa mientras observa los primeros movimientos de los aspirantes.
Ha transcurrido una hora de ejercicios y el sudor empapa las camisetas esfumando el fragante olor que tenían al iniciar. El Capitán Gabriel Flores con el apoyo de 4 bomberos voluntarios está al frente de la jornada física y se fija en cada aspirante. “¡Se repite el ejercicio, por acá no lo están haciendo bien!”, exclama en medio del grupo. La orden era formar parejas, acostarse boca arriba y ejercitar los abdominales levantándose y chocando los puños. Pocos rostros de cansancio y muchos de lucha se evidenciaban en cada prueba. Uno de ellos era el de Sofía Rodríguez, de 27 años, quien llegó al curso motivada para aprender y estar lista ante cualquier emergencia para ayudar a los demás. “Tengo familiares y amigas que han ingresado a la institución y están muy orgullosos de pertenecer al Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil”. La misma motivación se notaba en el rostro de Christopher Parker, de 31 años. “Quería ser bombero desde niño. Mi familia me ha apoyado y saben que esto no es un juego”, señala convencido.
El Capitán Eduardo Capa manifiesta que el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil busca aptitud y mucha disciplina en sus nuevos integrantes y anhela que todos aprueben el curso con el objetivo de tener más bomberos dispuestos a trabajar con abnegación para servir a la ciudadanía en cualquier instante que nos necesite. Actualmente, alrededor de 1.500 bomberos voluntarios están prestos para auxiliar a la población bajo rigurosos parámetros de eficiencia y con vivo espíritu de servicio.