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Estratégica acción de rescate salvó vida de ciudadano atrapado en alcantarilla

By marzo 13, 2014 No Comments

La División Especializada de Rescate del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil debía salvar una vida a como dé lugar y así ocurrió. Eran las 15h00 del miércoles 12 de marzo y en las calles 11 y Febres Cordero, al suroeste de Guayaquil, el nerviosismo de los moradores se regaba de esquina a esquina al saber que un hombre estaba atrapado dentro de una alcantarilla. Nadie sabía cómo había llegado, lo que sí supieron fue que debían llamar a los bomberos para un pronto auxilio.

Los bomberos llegaban poco a poco y, guiados por los vecinos, empezaron a entablar comunicación con la víctima a través de un sumidero, ubicado en una de las aceras de la calle 11, a pocos metros del sitio donde estaba el atrapado. «Cuando tú tienes a una persona que está atrapada es fundamental hacer que se sienta acompañado. Hubo un momento en que su voz decayó, pero logramos recuperarlo», señaló Eriberto Moreira, de la compañía 13, quien detalló que mientras un grupo rescatistas trabajaban con equipos pesados para ubicar y destapar la alcantarilla,  su equipo se encargaba de brindar soporte vital, proveer de oxígeno, alimentos (2 guineos) y agua a través de una manguera. ¡No te vamos a dejar! ¡Estamos contigo! ¡Te vamos a sacar! Fueron las palabras que Moreira gritaba hacia el ducto subterráneo.

La imponente unidad de Rescate-1 de la Fuerza de Tarea ideal para operaciones de rescate urbano en espacios confinados, proveyó de todos los implementos a los cerca de 50 bomberos de la División. El trabajo apenas iniciaba. Los minutos pasaban y la tensión aumentaba, mientras el Comandante del Incidente, Teniente Coronel, Polo Terán, convocaba urgentemente a entidades como Interagua, Policía para el apoyo en la ejecucionj de l trabajo bomberil. El trabajo de intergua con la ayuda de los planos de la red de alcantarillado  y el uso de equipos   bomberiles para detectar piezas metálicas bajo el pavimento, permitieron a los rescatistas saber dónde exactamente debían utilizar los rotomartillos eléctricos y taladros de percusión para destruir el concreto y  abrir la tapa del drenaje.

 

El arduo trabajo de los bomberos culmino Alrededor de las 17h00, cuando lograron abrir la tapa de la alcantarilla. Fueron segundos de tensión. Todos los cascos apuntaban hacia abajo y acompañaban al Capitán Carlos Julio Lamota, miembro de la División de Rescate, al encuentro con la víctima, quien fue sacado de la alcantarilla y atendido inmediatamente por miembros de la División de Ambulancias comandada por el Dr. William Munoz, quien dio la orden de paso a la camilla y el hombre, finalmente identificad como Saúl Montalguano Mera, de 32 años, completamente sucio y con laceraciones en su cuerpo, fue trasladado en la ambulancia hacia el hospital Guayaquil.

Tras el ascenso de la víctima le siguió el de Lamota. Su blanco rostro al igual que su camiseta rojinegra lucían enlodados. El jadeo era constante y su mirada no dejaba de evidenciar sorpresa. Palmadas de apoyo y un significativo gesto de aprecio de Polo Terán (le acercó la cabeza hacia su pecho) lo revitalizaron. «La temperatura dentro de la alcantarilla superaba los 40 grados. Estaba en un pozo. Lo encontré de pie y el agua le llegaba por debajo de la cintura. Sí podía moverse, pero estaba mojado, con basura flotante  y la incertidumbre no saber por dónde volver, porque la marea estaba subiendo, ¿qué puedes hacer?», relató Lamota con su rostro lavado y una notable sonrisa en su rostro.

La tensión se rompió entre la multitud con un sonoro aplauso general. La misión había sido cumplida con éxito. Un grito de ánimo y reconocimiento a su equipo de trabajo salió del Mayor Jorge Montanero, Jefe de la División Especializada de Rescate, quien lideró las operaciones de salvamento.

«Utilizamos equipos de punta, cuatro carros de Rescate y más de 50 bomberos. Trabajamos con cámaras de video para poder localizar a la persona a la brevedad. El trabajo fue difícil, pero al final logramos rescatar a la persona con vida», expresó el Mayor Montanero, quien reconoció la adversidad del escenario por la presencia de aguas servidas en el ducto de tres metros de profundidad. “En esta emergencia luchamos contra el tiempo, sobre todo porque podía comenzar a subir el nivel de agua por la marea, al igual que el nivel freático. El nivel de oxígeno de la víctima estaba bajo el 21% y eso comienza a mermar nuestra coordinación de movimientos.  Esta fue la primera intervención del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil en rescate de este tipo, pero nosotros nos hemos venido preparando para este tipo de escenarios y lo hicimos de manera  profesional”, manifestó Montanero.

Polo Terán, Segundo Jefe de la institución, señaló que el trabajo del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil duró entre 2 y 3 horas y se movilizó toda la logística y personal de la División Especializada de Rescate. «Ahí abajo una persona no podría durar más de 10 o 15 minutos, pues tendrían serios problemas de respiración y lógicamente llega a una muerte directa por saturación de gases. Para eso fue el soporte vital», detalló Terán, quien también reconoció el arduo trabajo de todos los bomberos que acudieron a la emergencia. Dos ambulancias, dos unidades de combate, y siete vehículos de rescate, así como todo su personal, fueron movilizados al sitio del incidente.

Al final, con abnegación y disciplina, el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil demostró su alto grado de profesionalismo, compromiso y gran capacidad de reacción para enfrentar una emergencia nunca antes vista en la ciudad con resultados satisfactorios.