La sonrisa difícilmente se borra del rostro de la suboficial Adriana de los Ángeles Mendoza Aragonés cuando habla de su labor dentro del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil. A sus 30 años y con un hogar sólidamente establecido, Adriana se ha convertido en uno de los rostros femeninos que hoy en día forman parte de un creciente 18% de bomberas voluntarias de nuestra benemérita institución. Su esposo, Emilio Estévez, es Capitán de la Compañía 30. “El Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil es sinónimo de solidaridad, familia y hermanos”, resume Adriana, quien pertenece a la Compañía 51, en la Quinta Brigada.
Han transcurrido aproximadamente 9 años desde que Adriana se enlistó en la institución, los cuales, afirma, han sido complicados. “Al principio fue sacrificado, pero con organización he podido salir adelante”. Su trabajo como arquitecta en el Proyecto Guayaquil Ecológico del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda ha sabido combinarlo perfectamente con su rol de esposa y madre de dos hijos de 7 años y 3 años. “Ellos mueren por ser bomberos. El más chiquito hasta hace el sonido de las sirenas”. (se ríe)
Adriana considera positivo que el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil impulse la igualdad de género en las filas. “El hecho de que seamos mujeres no significa que no podamos hacer las mismas cosas que los hombres. Obviamente sí nos cuesta un poco más de sacrificio, más fuerza, pero sí está a nuestro alcance”, señala radiante, al tiempo que destaca el compañerismo y la inclusión que priman en los bomberos voluntarios varones.
“Ya no causa sorpresa en la comunidad cuando te ven en la calle vestida de bombera. Todos somos iguales y poco a poco vamos aprendiendo que la equidad de género dejó de ser un simple enunciado”, comenta Adriana, quien entre risas, no descartó la posibilidad de ejercer un alto cargo público algún día.
Cuando se trata de acudir a alguna emergencia, Adriana no minimiza ninguna. Dice que todas son difíciles, pero la más arriesgada a la que acudió, fue el incendio en Cartorama, al sur de Guayaquil, en septiembre del 2009. “Habían pacas de cartones quemándose y debíamos entrar como por túneles. Lo peligroso fue que no sabíamos qué teníamos del otro lado, porque también había compañeros trabajando. Mi corazón latía durísimo y estaba súper asustada”, recuerda.
Adriana evoca aquel instante cuando ingresó al Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil. Fue algo espontáneo y hasta sorpresivo. No solo para ella, sino para quien entonces era su novio y ahora su esposo, Emilio. “Era nuestra época universitaria. Un día que íbamos a hacer tareas en mi casa, me dijo que lo acompañara al Cuartel 5 (antes la Academia de Bomberos). Al llegar, vi un letrero grandote de inscripciones para el Cuerpo de Bomberos. Entré y me inscribí. Y salí con una sonrisa de oreja a oreja”, señaló emocionada.
Sin ocultar sus intenciones, Adriana aspira convertirse en Jefe de Brigada o Capitana, por ello está atenta cuando se abre un nuevo curso en la Academia de Bomberos. Su historia y su desempeño podrán ser vistos en el II Encuentro de Género Bomberil que se desarrollará este viernes 7 y sábado 8 de marzo en la Academia de Bomberos de Guayaquil ‘Crnl. Gabriel Gómez Sánchez’, donde al igual que ella, otras 60 bomberas voluntarias de la ciudad y el país compartirán sus experiencias con bomberas de Argentina, Colombia, Chile y Panamá en un evento internacional que busca reconocer e incentivar la equidad de género.