Desde el 14 de febrero del 2002 el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil cuenta con la División Especializada de Materiales Peligrosos, con la finalidad de tecnificar la atención en las emergencias con sustancias químicas que se presenten en Guayaquil.
Esta división está encargada del manejo de operaciones de incidentes donde se involucren materiales de riesgo, es decir toda sustancia sólida, líquida o gaseosa que por sus características físicas, químicas o biológicas pueda ocasionar daños a los ciudadanos, medio ambiente y bienes materiales.
El mayor Pablo Segale es el jefe comisionado de la división. Cuenta con tres unidades (MP1, MP2 y MP3), un remolque de sistema portátil para llenado de Equipos de Respiración Autónoma; además de cinco carretones de espuma que están distribuidos en zonas estratégicas en la urbe porteña. Del mismo modo, es la única con trajes encapsulados, totalmente herméticos y resistentes al contacto con químicos.
Este departamento se encuentra en el Cuartel No. 16 “General Eloy Alfaro”, mismo que alberga a la Compañía No. 53 “Restauradora”. El cuartel está ubicado frente a la ciudadela Samanes 7.
En la zona industrial es donde se presenta el mayor número de emergencias con materiales peligrosos, es decir, cuando se realiza mantenimiento de equipos refrigerantes como el amoniaco. Las vías principales de la ciudad, como la Perimetral, también registran accidentes de derrame de químicos como gasolina, diesel entre otros; tal como el ocurrido esta semana en el sector de la estación Tres Bocas tras el accidente de un tráiler que transportaba un tanque con 20 toneladas de una sustancia inflamable.
En estos casos, esta benemérita institución recomienda apartarse al menos 50 metros de la zona, dependiendo del tipo de químico derramado.
Por otro lado, cuando ocurre un incidente con ácido o sustancia química, se debe lavar inmediatamente con agua la parte expuesta del cuerpo contaminada, durante por lo menos 15 minutos y quitarse la ropa. Luego deberá tener atención médica para evaluaciones.
Los ácidos, según la clasificación de las Naciones Unidas (ONU), se consideran como sustancias tóxicas y corrosivas. La inhalación, ingestión o contacto con vapores, polvos o sustancias pueden causar lesiones severas, quemaduras o la muerte.
Según estadísticas de la Central de Alarmas del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, en enero del 2017 se registraron 67 casos de limpieza de calzada por combustible regado, 22 por fuga de gas (por boquilla/ válgula/ manguera), y además se reportó una emergencia por material peligroso.
Abnegación y disciplina