El Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil atendió dos emergencias entre la noche del 19 y madrugada del 20 de mayo del 2014, en distintas zonas de la ciudad, las que fueron controladas oportunamente gracias al gran despliegue humano y de unidades de combate que se concentraron en los sectores.
El primer incidente fue reportado a nuestra central a las 23:49 del lunes 19, en Urdesa Norte, avenida Rodrigo Chávez #446 y calle Séptima, a una cuadra del Templo Mormón de Guayaquil. Un incendio alarma 3 en una vivienda de construcción mixta y de dos plantas movilizó a alrededor de 300 bomberos, 8 unidades de combate, 2 vehículos de rescate, 3 ambulancias, 3 camiones cisternas, 4 tanqueros de abastecimiento y nuestra Unidad de Comando de Incidentes.
Durante la emergencia no se reportaron personas heridas. José Eduardo Ansaldo, propietario de la vivienda pudo salir a tiempo antes que las llamas consuman la vivienda. El coronel Martín Cucalón de Ycaza, Primer Jefe del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, informó que la casa siniestrada tenía una bodega con discos de acetatos y películas antiguas que fue básicamente lo que se quemó. “Eso combustionó la vivienda propiamente y reventaron dos tanques de gas. Fue una sola casa la que se consumió”, detalló el Primer Jefe.
Asimismo, los bomberos desplegaron su contingente hacia una alarma 1 de incendio en una casa situada en las calles Octava y Bolivia, al sur de Guayaquil. El incidente fue reportado por el Cuartel 9 de nuestra institución a las 00:23 de este martes 20 de mayo. El fuego consumía una habitación de un primer piso de una vivienda. Cecibel Juárez, propietaria del inmueble, mencionó que las llamas se originaron tras una chispa en el cuarto. Doce vehículos, entre unidades de combate, tanqueros de abastecimientos, camiones cisterna y ambulancias, acudieron al auxilio al mando del Comandante del Incidente, Mayor Fernando Ayala, Jefe de la Tercera Brigada del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil.
Dos emergencias ocurridas casi a la par pusieron en evidencia la gran capacidad de reacción del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil y su aplomo para afrontar incidentes en distintas zonas de la ciudad, para velar con abnegación y disciplina, por la vida y los bienes de los guayaquileños.